• El coordinador estatal para el mejoramiento del ZooMAT explicó que esta acción provoca graves consecuencias, tanto en los animales como para los humanos
• Por cada loro que se vende ilegalmente se mueren aproximadamente siete; por cada mono pequeño, mueren en promedio seis adultos en manos de traficantes
Por: Escena Chiapas/
El tráfico ilegal de especies es un problema cuyas consecuencias no son dimensionadas por los seres humanos, ya que, además del sufrimiento provocado a los animales de diferentes especies por las condiciones de su captura, transportación, venta y vida en espacios domésticos no aptos para especies silvestres, afecta profundamente la estabilidad de los ecosistemas, explicó el coordinador estatal de mejoramiento del Zoológico “Miguel Álvarez del Toro” (ZooMAT), Joe Miceli Hernández.
“La naturaleza guarda un equilibrio; al extraer especies silvestres de su hábitat lo rompemos y provocamos una grave afectación para todos. Muchos de estos animales son los encargados de diseminar semillas que sirven a la regeneración del bosque y además forman parte de una cadena alimenticia donde ellos, directa o indirectamente, intervienen a fin de que ese ciclo sea completado. Al extraerlos, creamos un desbalance que puede provocar que algunas especies proliferen demasiado y generen impactos negativos en el bosque”, agregó.
Precisó que cuando el bosque deja de regenerarse se capta cada vez menos agua, esto afecta directamente a los humanos y no se dimensiona, considerando que ahora falta más agua y si “lo unimos a las temperaturas cada vez más elevadas provocadas por el cambio climático, nosotros mismos nos estamos marcando un destino cada vez más oscuro”, apuntó.
Dijo que el problema de la venta ilegal de especies inicia desde la captura, sobre todo en temporada de anidación de algunas aves, por lo que son extraídas de los nidos. Las personas que se dedican a eso, los mantienen en hacinamiento, las crías tienen necesidades muy específicas de temperatura y humedad que no se cubren y la nutrición es deficiente pues se ignora lo que deben consumir; por cada loro vendido ilegalmente mueren siete durante su captura y tráfico.
Respecto a otras especies, para conseguir un mono pequeño, se debe matar primero a la mamá, cuando esto sucede otros monos se acercan a ayudar a sus compañeros de especie y también son asesinados; por cada mono capturado ilegalmente, los traficantes matan un promedio de seis monos adultos.
Entre las especies silvestres más traficadas en el estado figuran las aves (psitácidos), monos, martucha, mapache, boa, coralillo, nauyaca arborícola, nauyaca verde, heloderma, oso hormiguero, entre otros.
Todos los animales silvestres que terminan en casas presentan problemas de alimentación y viven enfermos debido a la ignorancia sobre lo que deben comer, además, desarrollan trastornos de conducta que llegan a ser molestas para las personas y es cuando los rechazan y terminan en una jaula pequeña.
En otros casos, los liberan en cualquier lugar sin tomar en cuenta que ese animal ya no sabe comportarse en vida libre y muy probablemente muera o los llevan a zoológicos, desentendiéndose del animal y evadiendo su responsabilidad como consumidor de un animal traficado y vendido ilegalmente.