Menu

Reserva el Zapotal, hogar del mono saraguato pardo

• Durante la permanencia de la especie, se han realizado estudios poniendo énfasis en el crecimiento de la población, estructura y movimientos que realizan dentro y fuera de la reserva

Por: Escena Chiapas/

El Zapotal es una reserva natural decretada como Centro Ecológico y Recreativo (CER) en 1980, refugio de diferentes especies de fauna silvestre, entre ellas el mono saraguato pardo, por ello, al visitar el Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), se observa en libertad venados, reptiles, guaqueques, aves, arañas, serpientes, entre otros que, junto a la fauna que se resguarda dentro del ZooMAT para su conservación y reproducción, hacen una población actual de más de mil 500 ejemplares, propiedad de la nación.

En la década de los 80´s, para enriquecimiento de la fauna, fue introducido un pequeño número de monos saraguatos pardos (Alouatta palliata) en el CER El Zapotal, consistente en cuatro ejemplares provenientes del parque “La Venta” en el estado de Tabasco, quienes fueron puestos en libertad en la reserva; posteriormente, se introdujeron unos pocos ejemplares más de la misma especie, los cuales reforzaron la población inicial.

A lo largo del tiempo, la tropa fue creciendo haciendo uso del hábitat que le ofrecía el bosque y la seguridad que se le proveía en la reserva al estar en una superficie circunscrita por una malla perimetral que evita la entrada de cazadores furtivos.

Durante la permanencia de la especie, se han realizado diversos estudios poniendo énfasis en el crecimiento de la población, la estructura y los movimientos que realizan dentro y fuera de la reserva (Dinámica poblacional), hábitos alimentarios y endoparásitos presentes.

El resultado de este seguimiento nos ha mostrado el crecimiento de la población que actualmente se estima entre 90 a 100 ejemplares en dos tropas, una de las cuales muestra un comportamiento denominado fisión – fusión, que muestra el comportamiento de separación y unión temporal, buscando nuevos territorios para establecer la tropa, reproducirse y alimentarse, sin perder su identidad.

Se identificó también una pequeña tropa que está conformada por aproximadamente 10 ejemplares que utiliza la ribera del arroyo de Cerro Hueco al oriente del CER “El Zapotal”.

Cada ser vivo dentro de la reserva está expuesta a riesgos propios de la fauna como enfermedades, padecimientos de su especie, su edad o de la convivencia entre ejemplares, además de accidentes derivados de la cercanía con la zona urbana.

El crecimiento acelerado de la mancha urbana, al realizar la construcción de casas-habitación en las zonas que corresponden al amortiguamiento que debe existir entre reserva y zona urbana para la seguridad de las especies, desencadenan situaciones propias como el ruido, la contaminación, el poco o nulo respeto por los espacios naturales, así como la introducción de servicios públicos para beneficio humano como el agua y la luz eléctrica.

A lo largo del tiempo las incursiones fuera de la reserva no generaban problemas con la población humana ni con la infraestructura casi inexistente en la zona en ese momento que brindaba los servicios a la población humana aledaña a la reserva y que en ese momento era escasa, teniendo la mayor densidad al norte de la reserva donde colinda con el Ejido Francisco I. Madero.

Al paso del tiempo, los asentamientos humanos fueron incrementando, y en el periodo comprendido entre el 2007 al 2010 la carta urbana sufrió una modificación sobre el uso del suelo, permitiendo el crecimiento de la construcción y urbanización, lo que desencadenó el desarrollo de la infraestructura para brindar servicios a dichos asentamientos dentro de los cuales está el cableado eléctrico.

A fin de reducir el riesgo de accidentes humanos y con la fauna, se trabaja de forma coordinada con la Comisión Federal de Electricidad, para mantener la poda de las ramas cercanas a los cables que pasan por la periferia del CER “El Zapotal”, estando fuera de posibilidad de la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural lo que pasa con el cableado y la vegetación en la zona que, por época de lluvias, acelera su crecimiento; zona que actualmente cuenta con casas habitación, antes conocida como zona de amortiguamiento.

En el Zoológico Miguel Álvarez del Toro continúan sin descanso con las actividades de conservación, resguardo y preservación de las especies en peligro de extinción, laborando ininterrumpidamente las 24 horas del día, los 365 días del año, para salvaguardar el equilibrio de labiodiversidad y preservar el pulmón de Tuxtla Gutiérrez.